Carta abierta de Carlos Rottemberg sobre la inseguridad

Tal parece que la terrible hola de inseguridad que existe en nuestro país ha dividido aguas entre el oficialismo y los ciudadanos que temen ser una víctima más de este flagelo. Susana Giménez, Mirtha Legrand y Marcelo Tinelli son hoy en día las principales voces que se escuchan a la hora de un reclamo que […]

Extremista

Carlos Rottemberg en Extremista.comTal parece que la terrible hola de inseguridad que existe en nuestro país ha dividido aguas entre el oficialismo y los ciudadanos que temen ser una víctima más de este flagelo. Susana Giménez, Mirtha Legrand y Marcelo Tinelli son hoy en día las principales voces que se escuchan a la hora de un reclamo que nada tiene que ver con una ideología política. Por su parte, Carlos Rottemberg escribió una carta abierta sobre el tema, con la cual La Chiqui aseguró estar muy dolida.

Carta abierta de Carlos Rottemberg:

Se­ñor Di­rec­tor:

En estas horas simultáneamente he oído a populares figuras de la televisión hacer comentarios sobre el tema inseguridad, mientras intentaba concentrarme en la lectura de ¡Qué desastre la TV!, un nuevo libro sobre el medio que lleva la firma de los periodistas Carlos Ulanovsky y Pablo Sirvén.

Si bien hay destacables realizaciones en el período que se describe (1999/2009), impresiona, con el ejemplar en la mano, la sucesión de títulos, horas de emisión y contenidos que ha volcado en estos 10 últimos años la televisión argentina apuntando a la degradación del ser humano en su faz intelectual, moral y cultural.

Una cosa es apelar a la memoria para acordarse de un programa y otra verlos en papel y todos juntos: no hay dudas de que, también desde la TV, demasiadas personas participamos, de manera directa o indirecta, para anidar valores subvertidos en las mentes de chicos de seis años, en 1999, sin posibilidades de contención.

Son los mismos que hoy son utilizados por otros adultos, a los 14 o 16 años, para fines delictivos.

No tiene objeto que se les responda a importantes comunicadores, que se han sabido ganar su espacio por prepotencia de trabajo y capacidad, desde la crítica por su pasar económico o por las marcas de los autos de que son propietarios, pero menos sentido tiene que esas mismas influyentes personalidades, con autoridad suficiente y horas de pantalla que utilizan para agigantar valores impertinentes, no se permitan mirar para sus adentros y reconocer que también colaboraron desde su labor para que estemos ubicados como país en el lugar que ahora desdeñan.