Beata Laura Vicuña, patrona los huérfanos y de víctimas de abuso

La Beata Laura Vicuña fue una niña que dio su vida para salvar el alma de su madre. Es patrona de los huérfanos y víctimas de abuso.

Extremista

El 22 de enero de cada año tiene su festividad la Beata Laura del Carmen Vicuña Pinto, una niña chilena que entregó su vida por la salvación espiritual de su madre que debía someterse a su patrón Manuel Mora a cambio de costearle los estudios en Neuquén. Es venerada tanto en su país de origen como en Argentina, donde murió. Es considerada patrona de los huérfanos y de las víctimas de abusos.

Laura Vicuña nació en Santiago de Chile el 5 de abril de 1891. Su padre, José Domingo Vicuña, era militar y pertenecía una familia de la alta sociedad, mientras que su madre, Mercedes Pino, venía de un estrato social más bajo, por lo que no era del agrado de la familia de su esposo.

A fines del siglo XIX Chile se encontraba en una Guerra Civil y de Sucesión y un conflicto político obligó a la familia a escapar fuera del país. Tras el nacimiento de la segunda hija del matrimonio, José Domingo Vicuña falleció, dejando a su esposa e hijas sin fondos, sin un horizonte claro y con un apellido que significaba riesgos. Como una medida desesperada, deciden ir a Argentina para ocultarse por un tiempo.

Mercedes Pino junto a sus hijas se establece en las proximidades de Neuquén, Argentina. Para costear los estudios de sus hijas llega a la estancia de Quilquihué, donde el dueño de la finca, Manuel Mora, presionó a la madre de Laura Vicuña para que lo atendiera como si fuera una esposa pero sin mediar compromiso. A cambio, él le ofreció costearle los estudios de las niñas.

De esta manera, Laura Vicuña ingresó al colegio «Las Hijas de María Auxiliadora» de la Congregación Salesiana, donde realizó su primera comunión el 2 de junio de 1901. En esta institución manifestó su vocación por Dios, utilizando los recreos para ir a la capilla del colegio a orar.

Si bien aun era pequeña, tenía una gran madurez, por lo que se dio cuenta de los problemas de su madre. Es por ello que le pidió a Dios que la ayudara a alejarse de Manuel Mora, ofreciendo inclusive a cambio su propia vida.

Durante las vacaciones escolares, Laura Vicuña sufrió un ataque por parte de Manuel Mora, pero como no logró doblegar su voluntad se negó a seguir costeando sus estudios. El colegio solucionó el problema permitiéndole estudiar grates, pero esto no sirvió para cambiar la situación de su madre.

Recordando la frase de Jesús «No hay muestra de amor más grande que dar la vida por sus amigos», Laura Vicuña entregó su vida a cambio de la salvación de su madre, y su pedido habría sido escuchado, dado que a los pocos meses cayó enferma. En una visita a Mercedes, Manuel Mora la agredió dejándola herida en la cama.

Antes de morir, Laura Vicuña le aseguró a su madre «Muero, yo misma se lo pedí a Jesús, hace dos años que ofrecí mi vida por ti, para pedir la gracia de tu conversión. Mamá, antes de morir ¿tendré la dicha de verte arrepentida?». «Te juro que haré lo que me pides ¡Dios es testigo de mi promesa!» respondió Mercedes. «¡Gracias Jesús! ¡Gracias María! ¡Adiós mamá! ¡Ahora muero contenta!» se despidió la pequeña de 12 años.

Laura Vicuña murió el 22 de enero de 1904. En la década de 1950 comenzó su proceso de canonización y el 5 de junio de 1986 fue declarada Venerable con el Decreto de Virtudes Heroicas.

En 1955 la religiosa Ofelia del Carmen Lobos Arellano de la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora estaba afectada por problemas en sus pulmones y en agosto fue desahuciada por los médicos. Tras rezarle con fe a Laura Vicuña se mejoró, siendo catalogado este milagro como 5 sobre 5 por la Congregación por la Causa de los Santos. Con el milagro cumplido, Laura vicula fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 3 de septiembre de 1988.