Santa Brígida de Suecia

El 23 de julio es el día de Santa Brígida de Suecia, patrona de su país, de toda Europa y de las viudas.

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El 23 de julio el Santoral Católico le dedica el día del calendario a Brígida Birgersdotter, más conocida como Santa Brígida de Suecia. Fue una religiosa, mística, escritora y teóloga escandinava nacida en Skederid, Uppland en el año 1302 o 1303 y declarada santa en 1391 por el papa Bonifacio IX. Además de ser patrona de su país, también lo es de toda Europa, y es invocada por las personas que quedaron viudas.

Brígida Birgersdotter nació al rededor del año 1303 en la finca de Finsta, al oeste de la ciudad de Norrtälje, provincia histórica de Uppland, Suecia. Su padre era Juez, al igual que sus abuelos materno y paterno y su hermano. Su esposo también ejerció esa profesión y su hijo siguió sus pasos.

Según la tradición católica, Brígida tenía visiones. Una ves se le presentó la virgen María y le colocó una corona sobre la cabeza. En otra oportunidad via a Jesús torturado y muerto en la cruz. Estos dos episodios marcaron su vida.

Cuando tenía 10 años de edad murió su madre, y como su padre no se consideraba capaz de darle la educación que se merecía, la envió a la casa de su cuñada Catarina Bengtsdotter en Aspanäs, junto al lago Sommen en östergötland. A los 13 años, fue dada en matrimonio contra su voluntad a Ulf Gudmarsson y se convirtió en madre de ocho hijos, entre ellos, Santa Catarina de Suecia.

Brígida influyó religiosamente en su marido, por lo que realizaron peregrinaciones a Nídaros y Santiago de Compostela. Camieno a España, en la ciudad francesa de Arras, su esposo cayó enfermo, pero San dionisio se apareció y le prometió que no moriría en esa ocasión.

De regreso a Suecia, Brígida y su marido se establecieron junto al Convento de Alvastra, donde Ulf murió aproximadamente en 1344. La viuda repartió sus bienes entre los herederos y los pobres, para comenzar a vivir en una manera sencilla. En esta época aumentaron el número de visiones. Entre sus visiones, recibió la misión de llevar mensajes a políticos y líderes religiosos y mantuvo diálogos con santos y muertos.

En 1349, Brígida viajó a Roma para formar parte del jubileo de 1350 y para pedirle permiso al papa para fundar una orden religiosa.  Cabe destacar que en esa época el Papa residía en Aviñón y la Iglesia Católica había prohibido el establecimiento de nuevas órdenes.

En Roma, Brígida primero residió cerca de la basílica de San Lorenzo in Damasco. Durante su estadía le escribió cartas al papa suplicándole su regreso a Roma por el decaimiento espiritual de la ciudad. Además se dedicó a visitar iglesias que contenían tumbas de santos.

En el año 1368 el Papa Urbano V regresó a Roma y se entrevistó el 21 de octubre con el emperador Carlos IV. Así fue como Brígida pudo entregarle las reglas de su orden y tras examinarlas fueron aceptadas con varias revisiones y cambios con los que ella, probablemente, no estuvo de acuerdo. Tiempo después el Papa regresó a Aviñón por temas de seguridad, y Brígida profetizó que recibiría un fuerte golpe de Dios. Luego de dos meses de haber abandonado Roma, murió.

Con 68 años de edad, en 1371, Brígida realizó un viaje a Tierra Santa, pasando por Nápoles y Chipre. En Náóles, Carlos Ulvsson, su hijo, murió, y tuvo una nueva aparición que le garantizó perdón divino a su hijo gracias a sus oraciones.

De regreso a Roma, en 1373 en Roma, se vio debilitada por una enfermedad y murió en la actual Plaza Farnese. Sus restos fueron trasladados a Suecia al convento de Vadstena después de haber sido enterrada en la iglesia San Lorenzo in Panisperna en Roma.


Los restos de Santa Brígida de Suecia descansan en Vadstena, Suecia.

En 1377 comenzó su proceso de canonización, culminando en 1391. En 1999, Santa Brígida fue elevada junto con Santa Teresa Benedicta de la Cruz y Catalina de Siena a ser copatrona de Europa.

Actualmente, la orden de Santa Brígida perdura bajo el nombre de La Orden del Santo Salvador y se la denomina comunmente Orden Brigidiana.