100° aniversario del descubrimiento científico de Machu Picchu

El 24 de julio de 2011, Hiram Bingham redescubría las Ruinas de Machu Picchu en Perú.

Extremista

Machu Picchu es el nombre que hoy se da al antiguo poblado andino inca de piedra construido a mediados del siglo XV al sur del Perú. Luego de la caída del reino de Vilcabamba en 1572, la región fue prácticamente ignorada por el régimen colonial, pero en 1902 Agustín Lizárraga llegó a la región. Más tarde, Hiram Bingham, profesor norteamericano de historia redescubrió las ruinas el 24 de julio de 1911, comenzando así su interés científico.

Machu Picchu es considerada una obra maestra de la arquitectura e ingeniería, contando con características arquitectónicas y paisajísticas que lo han convertido en uno de los destinos turísticos más importantes del mundo.

En 1983 entró en la Lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco como parte de un conjunto cultural y ecológico bajo la denominación de «Santuario histórico de Machu Picchu». El 7 de julio de 2007 fue declarada una de las nuevas maravillas del mundo por la votación de cien millones de votantes del mundo entero.

La antigua ciudad santuario se encuentra en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu en la vertiente oriental de los Andes Centrales. Durante la época colonial, el lugar fue casi ignorado por completo, pero en 1902 el arrendatario cusqueño Agustín Lizárraga llegó a Machu Picchu junto con Gabino Sánchez, Enrique Palma y Justo Ochoa, dejando un grafiti con sus nombres en los muros del Tempo de las Tres Ventanas.

El profesor de historia norteamericano Hiram Bingham se interesó en encontrar los últimos reductos incas de Vilcabamba tras oír sobre Agustín Lizárraga. El 24 de julio de 1911 llegó a Machu Picchu guiado por el arrendatario Melchor Arteaga. Allí encontraron viviendo a dos familias de campesinos, los Álvarez y los Recharte, quienes usaban los andenes de las ruinas para cultivar y bebían agua de un canal inca que aún funcionaba y que traía el líquido de un manantial.

Maravillado por lo que vio, Bingham gestionó los auspicios del gobierno peruano, la Universidad de Yale y la National Geographic Society para el estudio de Machu Picchu, comenzando los trabajos para despejar la maleza y estudiar el sitio. En 1913 comenzó la vida pública de la ciudad Inca tras la publicación de todo los descubierto en la Revista National Geographic.