El 1ro de noviembre se celebra el «Día de todos los santos«, tradición católica en honor a Todos los Santos, conocidos y desconocidos. En este día se compensa la falta a las fiestas a otros santos durante todo el año, y fue instituido porque tras la persecución de Diocleciano el número de mártires llegó a ser tan grande que no se podía separar un día para asignarle a cada uno, asignando uno en común para venerarlos.
En la Iglesia Primitiva se celebraba el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Por lo general los grupos de mártires morían el mismo día, lo que condujo a una celebración común.
En la persecución de Diocleciano el último y más sangriento acometimiento a los cristianos en el Imperio Romano, el número de mártires fue tan grande que no se podía separar un día para asignar a cada uno de ellos, por lo que la Iglesia, considerando que cada mártir debía ser venerado, instituyó un día en común para todos ellos. La primera muestra se remonta a Antioquia en el Domingo antes de Pentecostés.
En Bolivia y Perú, el día de Todos los Santos se celebra el 2 de noviembre, dado que el día anterior es el Día de todos los Difuntos. En Colombia se celebra el «tintililillo», donde un grupo de chicos va de casa en casa pidiendo alimentos para hacer Sancocho, una comida tradicional.
En España se acostumbra visitar los cementerios donde yacen los seres queridos, siendo ese día cuando más flores se venden. En Guatemala, además de florese se acostumbra dejar alimentos en las tumbas.
En México, el Día de Todos los Santos, se conjuga con el «Día de Todos los Muertos» del 2 de noviembre.
